Intensas lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra, causaron daños sin precedentes en el estado de Río Grande do Sul, en el sur de Brasil.
Más de 2 millones de personas se vieron afectadas, de las cuales más de 150 perdieron la vida, alrededor de 100 están desaparecidas y más de 600.000 tuvieron que abandonar sus hogares en busca de refugios. Muchas personas no tienen electricidad, agua ni suministros básicos.
Precipitaciones en la cuenca del río Guaíba
Las precipitaciones acumuladas en tan poco tiempo, provocaron que el río Guaíba aumentara 12 veces aproximadamente su caudal normal y superara los 5 metros, cubriendo rápidamente la ciudad de Porto Alegre. Los ríos Taquari, Jacuí y Caí, que desembocan en la cuenca del río Guaíba, también fueron afectados por las lluvias.
Cabe destacar que Porto Alegre está rodeada de más de 20 kilómetros de diques para la contención de los cursos de agua. Sin embargo, en estos días se desbordó un dique de la zona norte de Porto Alegre, por lo que debieron evacuar a más personas en la región de Rio Grande do Sul.
Cambio climático y el «Niño»
Expertos afirman que esta catástrofe es consecuencia de la combinación del fenómeno del “Niño” y del cambio climático.
El Niño, es un fenómeno natural que implica fluctuaciones de la temperatura del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociadas a cambios en la atmósfera. Ocurre cada 2 a 7 años y produce, entre otras cosas, aumento de lluvias en ciertas zonas de Sur América.
Más allá de las intensas lluvias, es relevante considerar el estado del suelo para que escurra el agua y el aumento de temperatura de la atmósfera. Aquí es donde se visualizan los efectos del cambio climático, acarreado por la deforestación no controlada, la emisión de gases de efecto invernadero, la acumulación de basura, entre otros.
Es importante tomar conciencia sobre nuestras acciones y actuar a tiempo para proteger nuestro futuro.