Derrame de petróleo en México genera daños ambientales

Ocurrió en el Estado de Veracruz, el derrame provocó la muerte de varias especies animales y graves daños ambientales.

El derrame petrolero provino de un ducto de la estatal mexicana Pemex, quien afirma que fue dañado intencionalmente para robar el combustible en el municipio de Nanchital.

La consecuencia fue el desalojo de al menos 300 personas por los fuertes olores a hidrocarburos que se percibían en el ambiente. Algunos pobladores neesitaron asistencia médica ya que presentaron quemaduras en la piel, dolor de cabeza, vómitos y ardor en los ojos.

El derrame también afectó el agua, la flora y la fauna del arroyo Tepeyac, en donde ha dejado decenas de animales muertos, iguanas, víboras, patos, cocodrilos y peces, por lo que organizaciones ambientalistas ya consideran el hecho como un «ecocidio».

Los habitantes que recorrieron la zona denunciaron que los trabajos de remediación se hacen de forma muy lenta e insuficiente, lo cual ha causado escurrimientos y daños en flora y fauna en un área de unos 3 kilómetros, y advirtieron que la contaminación podría llegar hasta el río Coatzacoalcos.

Hasta el momento sólo han colocado espuma y otros aditamentos para evitar la salida del crudo que claro, pero no han sido suficientes para controlar la crisis.

Homero Benet, de la organización Fauna Silvestre, señaló que los habitantes del lugar y autoridades deben interponer una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa), ya que el daño ecológico es muy grave.

Emergencia ambiental

Los pescadores encontraron decenas y decenas de animales muertos en el río. Peces flotando boca arriba en el arroyo Tepeyac, incluso se hallaron cocodrilos sin vida.

Las aves que no han sido afectadas, están en peligro ya que se alimentan con pescados contaminados; las garzas y los zopilotes también están amenazados pues comen la carroña –animales echados a perder– que huelen a lo lejos.

El derrame provocó también que los pescadores de la zona suspendieran su actividades regulares para poder sustentar a sus hogares. Estos reclaman que su trabajo se verá mermado por el incidente, pues no podrán pescar ni vender producto.

“De por sí ya no hay pescado y ahora el poco que agarremos la gente no lo va querer porque pensarán que está contaminado”

 

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