La prohibición de sorbetes también en Argentina

En los últimos meses los sorbetes de plásticos se convirtieron en un blanco prioritario para organizaciones ambientalistas y la movida llegó también a la Argentina.

Pinamar decidió la prohibición de los sorbetes plásticos a partir del 1 de diciembre de este año. En Mar del Plata, un proyecto de ordenanza impulsado por concejales de distintos bloques propone primero reducir y luego prohibir el uso de sorbetes y vasos plásticos. A la vez, una campaña online impulsada por greenpeace está pidiendo al ministro de Ambiente de la Nación que se prohíba en todo el territorio nacional la comercialización y el uso de sorbetes plásticos.

“los sorbetes son uno de los productos más encontrados cuando se hacen las habituales limpiezas en las playas”

El proyecto de ordenanza plantea dos etapas para generar el menor perjuicio posible a aquellos comerciantes que se hayan estoqueado de sorbetes y vasos plásticos. En un primer momento se propone una reducción de uso y después la prohibición del uso de esos productos.

La norma determina que a partir del 1 de Agosto de 2018 “los comercios que operen dentro del Partido de Pinamar, deberán reducir la utilización y entrega de sorbetes y vasos plásticos o similar”. Mientras que a partir del 1 de Diciembre de 2018, “quedará prohibido en todo el Partido de Pinamar, la utilización, entrega y expendio de sorbetes y vasos plásticos o similar”.


A la vez, en la plataforma Hagamos Eco, de Greenpeace Argentina, se recogen adhesiones para la campaña “Argentina libre de sorbetes”, dirigida a Sergio Bergman, ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable solicitando una ley que prohíba la utilización y comercialización de sorbetes en la República Argentina.

Entre los argumentos  se indica que “el plástico afecta significativamente al océano y a toda la vida marina. Los animales confunden los restos plásticos con comida y se mueren al ingerirlos o los lastima sobremanera”.Además  el sorbete está hecho de petróleo, se utiliza por unos segundos y se descarta.”

A nivel intenacional, el caso Seattle

Países como Europa y Estados Unidos ya se plantearon la prohibición de utensillos de plásticos de un solo uso. La prohibición abarca sorbetes, tenedores, cucharas y cuchillos, y en caso de que un cliente los solicite el comercio deberá proveerles alternativas reciclables.

La ciudad de Seattle (EEUU) puso en vigor una normativa que prohíbe a los restaurantes, cafés y comercios de alimentos distribuir sorbetes y utensilios de plástico, bajo penas de multas a partir de USD 250. De este modo se convierte en una de las primeras grandes urbes del país en prohibir este tipo de artículos de plástico.

La medida busca disminuir los restos de plástico y señala que para los casos de utensilios y envases de un solo uso los comercios locales deberán disponer de opciones que tenga la etiqueta de “compostable”, los cuales están hechos de materiales que se pueden convertir en compost o fertilizantes.Además, las empresas deben suscribirse al servicio de compostaje y reciclaje ofrecido por un proveedor de servicios de recolección.

En Europa, también se habla de prohibición

La Comisión Europea (CE) anunció una serie de medidas que buscan la prohibición de materiales plásticos de un solo uso en objetos cotidianos y para los cuales existen alternativas amistosas con el medioambiente.
Esta  iniciativa busca ir más allá de la ya existente restricción a las bolsas plásticas y ahora se centra en elementos cotidianos, como pajillas, cotones utilizados en la limpieza de oídos y, de manera especial, en cubiertos, vasos y platos de plástico.

a idea de los europeos es que todos estos productos no desaparezcan, sino que tengan una versión “no contaminante” debido a la dificultad que hoy tienen en su versión original para ser reciclados y porque, además, estos utensilios aparentemente inofensivos, en realidad representan un alto porcentaje de la basura marina que está inundado las costas europeas.

Respecto de los productores de plástico, la idea en Europa es que participen en el pago de los costos que significa la gestión y limpieza de residuos que fabrican, pero que también comiencen a advertir en los envases el impacto medioambiental que generan sus productos.

Aunque por el momento no se contempla un impuesto específico al plástico, el tema está en plena discusión y es posible que se legisle a futuro como medida que ayude a desincentivar el uso del plástico. La propuesta europea es especialmente ambiciosa y, entre otros objetivos, pretende recolectar para el año 2025 el 90% de las botellas de plástico de un solo uso.

 

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