¿Qué es la economía circular?

Sustituir el proceso lineal de extracción, uso y desecho de recursos por otro que preserve la riqueza material y natural es la apuesta de este innovador modelo económico que ya empieza a dar frutos

No cabe duda de que hoy en día los consumidores son más conscientes respecto a los productos que utilizan,  con mayor frecuencia buscan aquellos que sean más amigables con el medio ambiente

En este sentido, la economía circular ha cobrado gran importancia ya que, si bien no se trata de un nuevo concepto, encaja perfectamente con el objetivo ecológico.

La economía circular es un concepto económico relacionado a la sostenibilidad, y cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos.

La idea se atribuye al arquitecto e inventor australiano Richard Buckminster Fuller, y se basa en minimizar los desechos y aprovechar las materias primas recuperando o reciclando, todo ello acoplado al aprovechamiento de fuentes de energía renovables.

Dicho modelo económico también sustituye al de la economía lineal en el cual, los recursos son procesados y una vez que han cumplido su función, desechados. En contraste, la economía circular busca que al llegar la etapa de uso de un producto, sus componentes sean reciclables para formar parte de un nuevo ciclo de producción, también denominado “ciclo virtuoso”. . Se trata de implementar una nueva economía, circular -no lineal-, basada en el principio de «cerrar el ciclo de vida» de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía.

Dos industrias que han pasado de un esquema lineal a uno circular son la del plástico y la de los componentes electrónicos.

En el primer caso, tan sólo hace falta mencionar que se ha producido más plástico en los últimos 10 años que en todo el último siglo, mucho del cual es utilizado en bolsas, botellas y empaques hechos de este material.

Respecto a los componentes electrónicos, la denominada “tercera revolución industrial” ha ocasionado un consumo y una demanda de tecnología que se vuelve obsoleta de un día para el otro y que, hasta 2017, se estimaba en 44.7 millones de toneladas, lo que representa un riesgo para la salud humana, de acuerdo con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) de las Naciones Unidas.

La economía circular no equivale tan sólo a reciclar o reusar, sino que supone un cambio de paradigma que busca innovar los modelos de negocio tradicionales

La aplicación del modelo circular se debe hacer tomando en cuenta las diferentes escalas de funcionamiento de las economías: desde la organización de las empresas, pasando por los conglomerados industriales, hasta los niveles nacional, regional y global.

A nivel de empresa es donde ahora está más desarrollada la economía circular, porque la dificultad de aplicarla crece a medida que aumenta la escala organizacional y espacial

En este sentido, las marcas y compañías también se han hecho conscientes de su impacto, por lo que han desarrollado iniciativas en favor del planeta en sus programas de responsabilidad social.

Por ejemplo, en el Reino Unido, la compañía Rolls Royce, que al año procesa 20 000 toneladas de aleaciones con metales raros como renio, hafnio y níquel ha implementado un programa de reciclaje en 100 de sus plantas manufactureras. Con esto ha disminuido su consumo de energía en más de 300 000 megawatts hora anualmente y también ha dejado de emitir 80 000 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.

Otra empresa británica, BAM Construct, fabrica edificios a la medida de los usos requeridos por sus clientes con materias primas que pueden reusarse, remanufacturarse o intercambiarse para así preservar su valor y reducir costos energéticos.

En Vancouver, Canadá, Enterra Feed Corporation decidió usar moscas (Hermetia illucens) para transformar residuos biológicos de fruta, verduras, pan o granos en una fuente renovable de fertilizantes y nutrientes para el ganado. Estos insectos pueden devorar hasta 100 toneladas de desechos al día.

Por su parte la empresa Aerofarms en Nueva Jersey cultiva cada año cuatro millones de toneladas de verduras y hierbas sin luz solar ni tierra (aeropónicos) para hacer jardines verticales intramuros. Esta tendencia que promete revolucionar nuestros patrones de producción y consumo, está ganando terreno.

En el siguiente nivel de la escala,un ejemplo exitoso es el complejo eco-industrial de Kalundborg en Dinamarca, donde se ha desarrollado una cadena productiva en la que compañías de diversos giros (farmacéutico, energético, materiales) comparten no sólo espacios, sino insumos como gas, vapor y agua de enfriamiento para reducir sus costos e impacto ambiental.

Se trata de una forma renovada de generar riqueza con beneficios conjuntos: a las personas, las empresas y el medio ambiente, esto implica fabricar nuevos materiales, introducir nuevos procesos de producción y nuevas formas de usar los productos, así como constituir nuevas empresas que resuelvan nuevas necesidades.

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