Cuatro estudiantes de Rosario encontraron un buen uso para las colillas de cigarrillo, un residuo que se genera en enormes cantidades y que además produce gran contaminación ambiental.
Antonio Ramírez, Lujan Fischer, Luciano Carrizo y Rodrigo Barbuscia estudiantes avanzados de arquitectura en Rosario conformaron el estudio Axia, de diseño y construcción.
De allí surgió el proyecto «Cigadrillo«, cuyo pilar es un programa de recolección y reciclado de colillas y su concientización sobre los efectos nocivos que genera.
Este proyecto consiste en la elaboración de un nuevo producto para el rubro de la construcción que hace uso de los filtros de cigarrillos – las colillas- como materia principal, estas son trabajadas de forma tal que puedan obtenerse ladrillos para mampostería o placas termo aislantes.
Como parte del proceso realizaron un estudio de campo y obtuvieron como resultados que en Rosario cinco de cada 10 personas son fumadoras, y que pueden llegar a encontrarse en algunas zonas de la costa de alto transito unas 75 colillas por metro cuadrado.
Anualmente se fuman 6 billones de cigarrillos en todo el mundo y, de estos, 4.5 billones son depositados en espacios públicos.
Teniendo en cuenta que las colillas tardan en desintegrarse entre 8 y 12 años -mientras contaminan las calles, el aire, los paisajes, y el agua- estos futuros arquitectos buscaron la forma de reutilizarlas y transformarlas en un material para la construcción.
Diversos estudios muestran que su efecto contaminante puede durar entre 8 y 12 años, e incluso algunos autores afirman que pueden llegar hasta los 25 años.
«Agarramos algo que contamina un montón y tratamos de contribuir de otra manera al desarrollo de la ciudad. Tomamos las colillas de cigarrillo estos filtros, extraemos la celulosa, la tratamos y se comprimen».
Cada colilla puede contaminar entre 8 y 10 litros de agua del mar y hasta 50 litros si se trata de agua dulce.
El tratamiento del material implica que las colillas sean bañadas en un líquido adhesivo como resina, poliuretano o vinilo, según el resultado que se busque, y luego son prensadas en molde. Así, se obtiene un ladrillo con excelentes comportamientos mecánicos y técnicos, impermeable e invulnerable al ataque de hongos o bacterias; como placas acústicas, más flexibles, en caso de que se requieran como complemento para otro tipo de muros.
La capacidad térmica está brindada, justamente, por los filtros de cigarrillos, ya que se componen de celulosa, mientras que la impermeabilidad y la resistencia se la otorgan el prensado y la incorporación de aditivos.
Además elaboraron un plan para facilitar el acceso al material principal: colocar cestos especiales para colillas que, a su vez, van a funcionar también como «encuestómetros», para que la gente deje el residuo.